El invento uruguayo que combate la niebla en el Canal de Panamá y ahorrará millones de dólares
Avanza el proyecto inventado por un antiguo rector de la Universidad de la República, Rafael Guarga
Por Juan Pablo de Marco*
Imagine que quiere cruzar la ruta pero no puede por la niebla. Imagine que ese fenómeno meteorológico impide que un barco pueda atravesar un canal. Imagine que siente el olor nauseabundo que sale de un basural. Ahora imagine un aparato que elimine todos esos problemas. Deje de imaginarlo: esa tecnología existe y fue creada por un uruguayo.
El exrector de la Universidad de la República, Rafael Guarga, creó el Sumidero Invertido Selectivo. Es un invento que se está utilizando con éxito para controlar un problema en el Canal de Panamá, que generará ahorros millonarios.
La empresa que gestiona el Canal, la vía de navegación interoceánica entre el Pacífico y el Atlántico, moviliza USD 3.500 millones al año, lo que da una cifra cercana a los USD 10 millones por día. En todos los otoños e inviernos, durante cuatro días y medio, el Canal queda inutilizado por la niebla. Es decir, se pierden USD 40 millones al año.
El proyecto comenzó con un concurso en 2017. El ganador contrató a Guarga, quien se puso manos a la obra. Lo primero fue medir: lo hizo con termógrafos capaces de calcular la densidad de la niebla que aparece en El Corte Culebra, un tramo del Canal de once kilómetros con forma de reptil. Allí detectaron que es en la única parte donde se genera el fenómeno conocido como “niebla de radiación”. ¿Qué características tiene? “No se forma en el agua. Se forma sobre la tierra. El Corte Culebra es el sitio con menos agua, por lo que es el lugar donde más ataca la niebla”, comentó. Se forma en las noches claras y calmas y en las zonas bajas donde se acumula humedad y aire frío.
Tras obtener esa información, el proyecto continuó sin contratiempos. El siguiente desafío era ver si la tecnología uruguaya podía disipar la niebla. Los aparatos tienen un motorreductor y hélices, de cinco metros de diámetro, que permiten drenar el aire frío y lanzarlo hacia arriba.
Para comprobar si funcionaba se usó una linterna cuya capacidad de alumbramiento alcanza los 200 metros. Segundos después de encender la luz, Guarga observó una camioneta blanca que estaba estacionada a esa distancia. “Fue muy emocionante. Esa fue la primera evidencia: lo que la teoría decía se cumplió”, expresó. Las autoridades del Canal estaban en el lugar observando la experiencia y quedaron satisfechas con los resultados.
Este proyecto para controlar la niebla tiene su antecedente en Uruguay. Se realizó frente a una escuela ubicada sobre la ruta 3, en el departamento de San José. El objetivo era combatir los problemas de visibilidad en un tramo muy peligroso, según había dicho el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, para que los niños pudieran cruzar con seguridad. Finalmente, tras las protestas de una vecina por el ruido que generaba el aparato, se decidió sacarlo.
*Extraído de El Observador, 27 de noviembre de 2019, (adaptación)